EL PELIGRO DE LLEGAR A SER PEORES QUE EL MUNDO


Pasaje: 2 Reyes 21:1-9.
INTRODUCCIÓN 
Hemos sido llamados a ser diferentes al mundo, a ser un pueblo santo para Dios. Lamentablemente, muchas veces, contrariamente a lo que espera el Señor de nosotros, llegamos a ser peores que el mundo. Sucedió en Judá, sucedió entre los hermanos de Corinto; no permitamos que suceda entre nosotros. 

I. UN PELIGRO QUE TENEMOS QUE EVITAR (v. 9c).
A. De Judá, el reino del sur, según lo relata el cronista, se dice que hicieron «más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel». La NTV dice que ellos cometieron, «cosas aún peores que las que habían hecho las naciones paganas que el Señor había destruido cuando el pueblo de Israel entró en la tierra»
B. Esto es un peligro real en la vida cristina. Cuando nos apartamos de Dios, muchas veces podemos caer en una forma de vida, peor que la que el mundo practica. Esto nos lleva a pensar que cada día es una lucha, por ser el pueblo santo de Dios. Con razón Pablo les escribió a los filipenses, con estas palabras: «Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor» (Filp. 2:12).
C. Pablo, igualmente, les invocó a los gálatas sobre la necesidad de no acabar en la carne, habiendo comenzado en el Espíritu (Gál. 3:3). Lo dijo, porque es un peligro real, del cual tenemos que cuidarnos. Lo peor que nos puede pasar, es llegar a ser peores que el mundo. Sucedió con los corintios (1 Cor. 5:1)
D. Aplicación. En la semana, nos ocupamos de muchas cosas: del trabajo, del estudio, de la casa, de una relación amorosa, de nuestras redes sociales, de nuestro cuerpo (gimnasio, maquillaje), etc. ¿Nos estamos ocupando también de nuestra salvación? Si lo hacemos, ¿lo hacemos «con temor y temblor», o de una manera ligera? Cada uno tiene que responderse de manera honesta, a sí mismo, y ante Dios.
II. UN LIDERAZGO QUE TENEMOS QUE EVITAR (v. 9b).
A. Las personas que nos lideran, cumplen una función muy importante en nuestras vidas. Judá tuvo a un rey que hizo todo mal. Su nombre era Manasés (v. 1) El versículo 2 resume todo su reinado: «E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.»
B. Un liderazgo malo, siempre inducirá hacia el precipicio espiritual a un pueblo. Hay una gran responsabilidad al liderar. Con razón dice Hebreos 13:17, que los lideres de la iglesia, especialmente los pastores, velan por nuestras almas y han de dar cuenta de los que lideran.
C. Debes de poner mucha atención a las personas que te lideran en la iglesia, en la ciudad, en la Nación, en los poderes del Estado. No se puede ser buen líder, siendo una mala persona. Con respecto a nuestros gobernantes, debemos orar por ellos, pero no hacer lo malo que ellos hacen, ni justificar sus acciones.
D. Aplicación. Vivimos una época de crisis de liderazgo. Hay pocos buenos líderes. Tristemente, muchas personas prefieren liderazgos malos, porque así no son confrontados con lo malo y con la Palabra de Dios.  
III. UN DEFECTO QUE TENEMOS QUE EVITAR (v. 9a).
A. El defecto de Judá, fue no escuchar la voz de Dios. Si, por un lado, los que nos lideran tienen una responsabilidad, nuestra responsabilidad personal, también existe. Finalmente, cada uno cargará con sus propios errores y defectos,
B. Dios había hablado por los profetas (Jeremías 25:4), por la Ley de Moisés (v. 8b), pero el pueblo no quiso escuchar. Estoy seguro que cada domingo que vienes aquí al lugar de congregación, recibes Palabra de Dios. Escucha, no seas oidor olvidadizo (Santiago 1:22-25). Así, libraras tu alma de retroceder, y aun ser peor que el mundo.
C. No te equivoques, si tu no escuchas la Ley de Dios, él tampoco oirá tus oraciones y será abominación delante de él: «El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable» (Proverbios 28:9). 
D. Aplicación. Saber escuchar, es una de las lecciones que tardamos en aprender. De hecho, hay muchas personas que no llegan a aprenderlo. Se han acostumbrado a no escuchar los consejos, se mueven por sus propios deseos y fallan. Peor aún, no escuchan la voluntad de Dios en su Palabra, por eso fracasan. No seas uno de ellos. Aprende a escuchar, por eso tienes dos oídos y una sola boca. Hay personas que escuchan como si tuvieran un solo oído, y hablan como si tuvieran dos bocas.
 IV. UN PASADO QUE TENEMOS QUE EVITAR (vv. 3-7a).

A. El pasado, que ya hemos superado, debe quedarse en el pasado. No podemos retornarlo nuevamente al presente. Con el rey anterior, llamado Ezequías, ya se había superado la idolatría, pero luego todos (empezando por el rey) retroceden y vuelven a provocar a Dios  
B. Volver a comer los mismos errores, es una gran necedad. Eso solo dice que menospreciamos las experiencias dolorosas y queremos volver a vivirlas nuevamente. El necio, tropieza una y otra vez, con su mismo error.
C. Bildad le dijo a Job: «Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande» (Job 8:7). Así tiene que ser siempre. Si nuestra fe fue pequeña, tiene que crecer. Si nuestra convicción fue pequeña al inicio tiene que crecer. No podemos retroceder, ni mucho menos volver a la vida de donde el Señor nos sacó. Si no, seremos como el perro que vuelve a su vómito y el cerdo recién bañado que vuelve a revolcarse en el lodo (2 Pedro 2:22).
D. Aplicación. La vida cristiana, es un punto de no retorno al mundo. No fuimos rescatados, para entregarnos nuevamente a nuestro antiguo captor. Fuimos liberados del pecado para vivir la nueva vida en la libertad responsable y sabia. No en el libertinaje. Que volver al mundo, nunca sea una opción para ti. Caso contrario, serás como el perro que se revuelca nuevamente en su vómito o el cerdo limpio, que nuevamente se ensucia en el barro. Tu eres vaso limpio. No lo olvides.
CONCLUSIÓN
La visión de Dios para nosotros, es que seamos pueblo santo. No nos llamó para volver atrás. Ocúpate de tu salvación cada día. Nunca anheles la esclavitud de la cual fuiste liberado. Sé sabio. Volver atrás, ya no es una opción, desde que fuimos llamados a la nueva vida en Cristo.
AMÉN

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