LA HUMILLACION,APLACA LA IRA DE DIOS



Pasaje: 1 Reyes 21:25-29...

INTRODUCCIÓN 
La ira de Dios es real y es justa. Cuando llega, es terrible, ¿quién podría mantenerse de pie? (Ap. 6:17). Hay una manera de aplacar la ira de Dios y es la humillación delante de él. Hoy veremos como actúa la misericordia de Dios, por causa de la humillación delante de Dios.

I. DIOS PUEDE COMPADECERSE AUN DEL PEOR DE TODOS (v. 25).

A. Acab, por todo lo que hizo, se había convertido en el peor de todos los reyes de Israel y Judá. La frase «ninguno fue como Acab», revela la conclusión a la que llega el autor bíblico y es contundente.

B. El versículo dice que Acab fue incitado por su esposa Jezabel. Esto podría dar la impresión de que él no era totalmente culpable, pero no es verdad. Acab era el rey y las decisiones la tomaba él. Su gran problema es que él «se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová»

C. Por amor, a una reina gentil y pagana, gran adoradora y benefactora de dioses ajenos, Acab se vendió a los deseos de ella. En un sentido mayor, se había vendido al pecado. Dejó de ser dueño de sí mismo; su voluntad era manejada por otras personas. Esa fue su ruina.

D. Aplicación. Dios es capaz de compadecerse del peor de todos. Lo hizo en la época de los reyes; lo sigue haciendo el día de hoy. La misericordia de Dios cubre multitud de faltas. No estás acabado, hay esperanza para ti, en Dios. No importa cuán terrible fue tu vida. Dios es misericordioso y no guarda el enojo (Salmos 103:8-9). 

II. ¿QUÉ NOS HACE LLEGAR A SER EL PEOR DE TODOS? (v. 26).
A. El pecado nos degrada, nos animaliza, como sucedió con Nabucodonosor. Pero hay un pecado que es terrible y se llama idolatría. No por pura casualidad, el Segundo Mandamiento fue dado por Dios, contra la idolatría (Ex. 20:4-5).

B. Acab, incitado por su esposa, una idólatra, también se convirtió en idolatra. Lamentablemente, nos hacemos una sola carne con la persona con la que nos casamos. Si te unes a un o una idolatra, probablemente acabarás así.

C. El versículo nos muestra que Acab, caminó «en pos de los ídolos». A pesar de ser un israelita, en términos espirituales, era un simple amorreo. La idolatría es un pecado terrible, porque se comete directamente contra Dios. Es un rechazo a adorarle únicamente a él, de la manera correcta, que es «en espíritu y en verdad» (Jn. 4:23).

D. Aplicación. No fuiste creado por Dios, para ser un juguete de la idolatría. Fuiste creado para adorar al único y verdadero Dios, en espíritu y verdad. No dejes que la idolatría, te haga ser «el peor de todos», como Acab. Vamos, escapa, libérate en Dios. Fuiste creado para ser cabeza y no cola. El mejor, y no el peor de todos.

III. LA HUMILLACIÓN, ES EL PRIMER PASO PARA ALCANZAR MISERICORDIA (v. 27).
A. Cuando Acab oyó la sentencia de Dios (vv.21-24), inmediatamente hizo las siguientes cosas: «rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio». Rasgar los vestidos expresaba dolor ante una mala noticia. El cilicio era un alambre con púas, para mortificar el cuerpo. El ayuno era una forma de buscar el perdón de Dios.

B. En general, se dice de Acab, que «anduvo humillado». Lo que impresiona a Dios, es la humillación, no rasgarse los vestidos, ni infligirse dolor, ni ayunos solo por cumplir.

C. La vía de la humillación, es la vía más directa para alcanzar la misericordia de Dios. Al humillarnos, le decimos a Dios: «me avergüenzo de cómo viví», «me avergüenzo de los pecados que cometí», «me avergüenzo de haberte avergonzado»

D. Aplicación. Recuerda, la humillación es la vía directa para atraer la misericordia de Dios y para ser exaltados por él. Por eso, dice 1 Pedro 5:6, «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo» Si sientas y te das cuenta que fallaste a Dios, sólo humíllate y él te exaltará.
 
IV. LA HUMILLACIÓN, APLACA LA IRA DE DIOS (vv. 28-29).
A. Al ver que Acab andaba humillado, Dios se agradó en esto y se lo hizo saber al profeta Elías (v. 28). Cuando uno peca contra Dios, se tiene que humillar ante Dios. Eso hizo Acab. 

B. Las palabras de Dios son estas: «¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí?». Humíllate delante de Dios, nunca delante de los hombres. Humillarte delante de Dios, te asegura que él aplacará su ira hacia ti.

C. El resultado de la humillación de Acab, hacía Dios fue decisivo para la decisión de Dios: «por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa».

D. Aplicación. La humillación nos libra del castigo justo de Dios. Acab fue un rey muy malo, el peor de todos, y aunque no fue librado de la muerte, si fue librado de ver todo el castigo de Dios en sus días. Nunca provoques a Dios, con la idolatría o el pecado; si lo hiciste, recuerda que la humillación, aplaca la ira de Dios. Si el Señor fue misericordioso con el peor rey de Israel, lo puede ser también contigo, aunque no seas rey, ni seas el peor.

CONCLUSIÓN
Ven y humíllate delante del Señor y él te exaltará. No lo dudes. Sólo humíllate. Esto quiere decir lo siguiente: confiesa tu pecado, apártate de él, vive una vida de santidad y adora a Dios por sobre todas las cosas. La humillación no es un momento, no es una palabra o frase, es una forma de vivir, Acab «anduvo humillado». La humillación es un camino sin fin, en tus días aquí en la tierra, que debes caminar. Así y sólo así, hallarás misericordia.
AMÉN

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