ALEGRA A MAMÁ SIEMPRE



Pasaje: Proverbios 23:22-25.

INTRODUCCIÓN
Día de la madre. Una fecha especial, no por la comida o regalos, sino porque nos recuerda que tenemos alguien a quien honrar y alegrar. Basados en el pasaje de hoy, entendamos el mensaje de Dios, para nuestras vidas.

I. NO MENOSPRECIO: «…cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies» (v.22a).
A. El envejecimiento es un proceso natural e irreversible. Nadie lo puede detener. Todos los que somos jóvenes hoy, envejeceremos mañana. 
B. La tendencia de la juventud, es burlarse de los ancianos. Se les ve como cosas «curiosas», se hace chistes de ellos. Cuando dejamos que eso avance, podemos llegar al punto de menospreciarlos, porque ya no producen, no aportan, ya no ayudan como antes. No siempre sucede con terceros, a veces, podría suceder con la misma madre. Podríamos llegar a menospreciarla, por el simple hecho de ser anciana. Por eso, este proverbio nos alerta, para no hacerlo.
C. En la sociedad se escucha, al referirse a los ancianos: «ya está pal cajón», «ya le toca», «hay que ir separando nicho», «por gusto está gastando oxígeno, podría ser para otros», etc. Cosas que parecen risibles, pero que en realidad son burlas contra los ancianos. Mucho menos debería suceder con respecto a mamá.
D. Dios ha establecido en el Quinto Mandamiento (Ex. 20:12), que honremos a los padres. Este mandamiento, como dice Efesios 6:2-3, es el primer mandamiento con promesa. Menospreciar a la madre, es una evidente desobediencia a este mandato divino y acarrea maldición.
E. Aplicación. ¿De qué maneras podemos llegar a menospreciar a mamá? Lo hacemos: (1) al ignorar o minusvalorar sus consejos (¿qué saben los viejos?); (2) al ignorar sus lágrimas, cuando nos corrigen y nos hace ver nuestros errores; (3) al no visitarla, o llamarla, cuando ya no vivimos con ella; (4) al faltarle el respeto de manera explícita; (5) al no sostenerla, cuando tenemos la oportunidad de hacerlo; (6) al no acordarnos de su cumpleaños y también; (7) al no visitarla o llamarla en el día de la madre.
En Europa, muchos ancianos, acaban en un asilo, solos y olvidados. Aquí en América Latina, los tenemos en casa, pero como fuerza de trabajo. Ambas cosas son tristes.   

II. PERO GOZO: «Gócese la que te dio a luz» (v.25b)
A. Si menospreciarla no es una opción, ¿qué es lo que debemos hacerlos creyentes? El texto esta más que claro y no necesita demasiada interpretación. Los hijos estamos llamados a darle gozo, alegría, satisfacciones. No dolores ni preocupaciones innecesarias.
B. En la vida, no debemos desaprovechar las oportunidades para llevarles gozo a mamá. Hoy es importante. Hoy es una realidad; mañana, una posibilidad. Al partir mamá, nos sentiremos terriblemente mal, porque no aprovechamos las oportunidades para alegrarle la vida.
C. Uno de los mayores gozos de mamá, es que sus hijos anden en los caminos del Señor; que sus hijos e hijas sean temerosos de Dios, porque ella sabe que eso les hará mejor en todo: mejores esposos, mejores esposas, mejores ciudadanos, mejores padres y madres.
D. Alegra a tu madre, no solo hoy; sino, todos los días de su vida. Recuerda, mañana podría no estar, habrás perdido una gran oportunidad.
E. Aplicación. ¿Cuándo fue la última vez que le diste gozo a tu madre?, ¿cuántas veces le has dicho que estás agradecido porque lo dio todo por ti?, ¿aunque sea puedes hacerlo hoy? No pierdas la oportunidad. Hoy es real, mañana, es una vaga posibilidad. 

CONCLUSIÓN
Dos cosas nos muestra la Palabra hoy: (1) no menospreciar a mamá y; (2) por el contrario, darle gozo y honra. No solo hoy, sino cada día de su vida. Ahora, es tiempo de cumplir la Palabra. Los dichos sobran a partir de este momento.
AMÉN

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